La crisis del periodismo: pseudociencia en El Mundo

El 26 de noviembre de 2016 el diario El Mundo publicaba un artículo de varias páginas firmado por Pedro Simón. Su título, «Cuando no hay nada para Nadia». Explicaba las supuestas peripecias de unos padres (Fernando Blanco y Margarita Grau) para conseguir dinero para tratar la enfermedad rara de su hija.

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La supuesta lucha de un padre entre las bombas…

El enfoque sensiblero emocionó a muchísimas personas (incluyendo a numerosos famosos). No dudaron en aportar su contribución a la causa gracias al número de cuenta que aparecía en el artículo. Sin embargo, la mención de tratamientos sospechosos, consultas con supuestos expertos y hasta visitas a cuevas de Afganistán hicieron saltar algunas alarmas.

Manuel Ansede, de Materia (El País), tuiteaba al día siguiente mostrando sus inmensas dudas. Josu Mezo fue el primero en analizar con detenimiento ese artículo en su blog «Mala prensa» y exponer una posible «mala praxis» periodística.

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No busquéis el artículo original en El Mundo: lo han borrado de su web (aunque hay formas de localizarlo [1][2]). Mantienen, sin embargo, lo escrito por Pedro Simón sobre el tema el 29 de noviembre dando cuenta de la recaudación obtenida. Las alarmas ya eran muy numerosas y El Mundo no rectificaba ni parecía hacer caso alguno a quienes le avisaban.

Rigor y profesionalidad en Hipertextual

Hasta que el 30 de noviembre Hipertextual publicó un artículo ejemplar de Ángela Bernardo. Llamó a quien había tratado a la niña, a los hospitales citados por el padre, a expertos, etc. En resumen: hizo lo que debe hacer un periodista antes de publicar una noticia. Así lo marca su profesión, su código ético y el respeto que merece la audiencia de todo medio.

La primera conclusión fue que la niña no corría un riesgo vital pese a los mensajes alarmistas del padre. Tampoco existía un tratamiento para su tricotiodistrofia mediante la modificación del ADN. Porque, a día de hoy, la tricotiodistrofia es incurable. Por desgracia.

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En Telecinco denominaron «La científica que duda» a Ángela Bernardo…

El Mundo terminó por publicar una rectificación muy escueta de Pedro Simón el día 3 de diciembre. A la vez, El Mundo seguía dando crédito a los viajes a Houston o París para curar a la niña… Una total incongruencia ya que eran datos no contrastados.

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La estrategia de la OMS sobre medicina tradicional

Hay un argumento manido hasta el desgaste por los vendedores de pseudociencias. Según ellos, la Organización Mundial de la Salud apoya esos supuestos tratamientos en la «Estrategia de la OMS sobre medicina tradicional». Encontrareis a practicantes de todo tipo de pseudoterapias aludiendo a ello. Desde homeópatas a acupuntores, de ozonoterapeutas a naturópatas. Contar con el aval de la mayor organización de salud del mundo sería un gran apoyo. Por mucho que la OMS carece de capacidad ejecutiva en sus miembros. Pero… ¿es todo esto cierto?

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El origen de esta estrategia hay que buscarlo en la resolución WHA 22.54 de la OMS, de 25 de julio de 1969. La asamblea de la OMS pedía a su comité directivo que estudiase el despilfarro que suponía el uso de remedios tradicionales sin eficacia ni inocuidad demostradas en países con menor desarrollo médico. Y que ayudase a las industrias farmacéuticas a implantarse allí donde fuesen necesarias al contar con medicamentos probados científicamente.

La resolución WHA 29.72 (de 21/05/1976) insta a los sistemas nacionales de salud a contar con el personal sanitario necesario y a darle la formación adecuada. Menciona (sin justificarlo) que, si procede, se reserve un cupo para la medicina tradicional. Lo cual solo se puede entender como un mantenimiento de la cercanía del modelo sanitario a la sociedad (nunca como una evidencia de efectividad).

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Una charla de Odile Fernández

Odile Fernández superó su cáncer gracias a la Medicina. Se sometió a varios tratamientos contrastados como la cirugía y la quimioterapia. Sin embargo, por su cuenta y riesgo, llevó a cabo también tratamientos pseudocientíficos. Una vez superado y con el único apoyo de su sesgo de confirmación decidió que le habían salvado las prácticas «alternativas». Trasladó el blog donde contaba sus experiencias a un libro, «Mis recetas anticáncer«.

Muchos de sus consejos no dejan de ser perogrulladas. Ella misma afirma que era una adicta a la comida rápida (e incluso a los petit-suisse). No hace falta ser médico para decir que no se debe seguir esa forma de alimentación. Junto a ello encontramos muchos disparates pseudocientíficos. Por un lado realiza una selección de estudios «sui generis» que no apoyan sus afirmaciones. Por otro, defiende de forma activa pseudociencias que van desde «El Secreto» a R.G. Hamer.

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En «Saber Vivir» habló de alimentos anticáncer… por colores.

Pese a ello (quizás por influencia de su editorial) los medios de comunicación le vienen dando publicidad. De hecho, sus publicaciones son ‘best sellers’ y sus charlas suelen abarrotadas. Ahora está en plena campaña de lanzamiento de su nuevo libro, «Mi revolución anticáncer«.

Un perfil de afirmaciones más bajo

qmph-blog--charla-odile-fernandez--fuente-alamo-murcia--cartelDe un tiempo a esta parte, Odile Fernández ha rebajado un poco (solo un poco) su discurso en publicaciones y entrevistas. Lógico tras las múltiples (y esperables) críticas que han recibido sus afirmaciones. Por eso quizás sea interesante ver qué dice en directo, cuando habla más de una hora seguida e interactúa con el público.

Por eso vamos a analizar la charla que ofreció el 24 de septiembre de 2016 en Fuente Álamo (Murcia). Si tras este análisis borrasen el vídeo (este es el enlace) no os preocupéis: lo tenemos a buen recaudo.

La charla fue organizada por «La Tienda Verde», un establecimiento conocido por haber dado un paso más allá de vender alimentos ecológicos. Ahora se dedica a fomentar todo tipo de pseudociencias. Aparece también la publicidad de Susana Robinet, una coach y «terapeuta energética» que trabaja en ese mismo centro. El patrocinador es Hiranyagarba, «una empresa que orienta su actividad a ofrecer productos basados en la medicina natural (Alquimia y Ayurveda)». Seguir leyendo

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Injusticia a la española: el Síndrome Tóxico (IV)

Cuarto artículo de la serie sobre el Síndrome Tóxico. Esta crisis sanitaria de enorme dimensión y transversalidad sacudió España en 1981. Acceder al resto de artículos.

La crisis económica de los años 70 seguió en España a comienzos de los 80. La pobreza de muchas familias obligaba a hacer «encaje de bolillos» para comer. La venta ambulante era habitual y muchas veces carecía de control sanitario. El aceite de oliva era para muchos un lujo. Algunos vieron una forma de lucrarse.

En 1977, dos hermanos de origen toledano montaron en Carabanchel (Madrid) un pequeño negocio de venta de aceites. Uno tenía algo de experiencia en el sector al haber sido repartidor. Pese a la feroz competencia y lo apretado de los precios crecieron rápidamente. Vendían «puerta a puerta» y también a revendedores que usaban ese mismo método o la venta ambulante.

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Almacén en Alcorcón de RAELCA (Documental «Poisoned lives», 1991)

Los hermanos Ramón y Elías Ferrero ampliaron el negocio en 1979. La empresa, ya en Alcorcón (Madrid), se constituyó junto con un cuñado de Elías (Cándido Hernández). Disponían de una nave de más de 700 metros cuadrados. En el cambio de local también dejaron atrás parte de su «artesanía». Contaban ahora con una máquina para producir garrafas de plástico. Nada mal para jóvenes alrededor de la treintena. Seguir leyendo

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Injusticia a la española: el Síndrome Tóxico (III)

Tercer artículo de la serie sobre el Síndrome Tóxico. Esta crisis sanitaria de enorme dimensión y transversalidad sacudió España en 1981. Acceder al resto de artículos.

Pasado más de un mes de la primera muerte (Jaime Vaquero, 01/05/1981) España según saber la causa de la «neumonía atípica«. Ninguna de las numerosas hipótesis (algunas simples bulos) encajaba con el cuadro clínico. La alarma social era creciente y había afectado al consumo de productos como verduras y frutas. Incluso algunos sacrificaron animales domésticos como perros o pájaros por el temor a un contagio.

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Sede actual del Laboratorio Central de Aduanas (Madrid).

Horas después de su primera carta al ministro de Sanidad el pediatra Juan Manuel Tabuenca recibió unos resultados cruciales. El Laboratorio Central de Aduanas halló algo en unas muestras de aceites que Tabuenca remitió el día 3 de junio. El doctor mandó de inmediato una nota al secretario de Estado de Sanidad (Sánchez Herguindey). Eran las 8 de la tarde del 10 de junio de 1981. La recoje Gudrun Greunke en su libro «El montaje del Síndrome Tóxico» (que recibirá más adelante la pertinente crítica):

«Querido Sr. Secretario de Estado:
Le comunico que el resultado de la encuesta realizada entre sesenta enfermos de neumonía atípica es que toman aceite a granel de vendedores o mercados ambulantes al 100%. Todos ellos niños. De cincuenta encuestados sanos toman el 6,4% (de las consultas quirúrgicas). Me acaban de comunicar del laboratorio que encuentran en todas las muestras del aceite, acetil anilida, sustancias cuya toxicidad y mecanismos tengo que estudiar y comprobar.
Mañana, sin embargo, se continuarán estudiando estos datos en sangre ya que sería decisivo comprobar la presencia de esta u otras sustancias. Parece tratarse de un aceite muy mezclado y de baja calidad, no tiene marca y todos ellos de venta ambulante exclusivamente, no parece, en principio, que pudiera tener aceite mineral.»

El desconcierto del aceite

Alguien debió reconocer de inmediato la gravedad que entrañaba la presencia de anilinas. Y no solo por su toxicidad. Implicaba la existencia de graves alteraciones en el circuito alimentario. La Dirección General de la Salud Pública emitió esa noche un comunicado que llegó a aparecer en el último Telediario. Seguir leyendo

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