Regresión… al conocimiento de 1640

Para cualquier persona debe (o debería) resultar extraño, chocante y sorprendente ver que alguien acude a un evento a aceptar sin más lo que le dicen. No deja de ser curioso, además, que quien va a decir cosas se autoengañe y crea esas cosas. Si a todo esto le sumamos una doble pseudociencia («terapia de vidas pasadas», involución de la «terapia regresiva»), un auditorio deseoso de escuchar lo que han ido a oír y unas autoridades municipales que lo amparan (por el motivo que sea) obtenemos un cóctel de riesgo para la salud, en especial la mental.

De entrada, el anuncio del evento al que referiremos este artículo nos llegó tan solo dos días antes a través de los medios de comunicación locales, que con bastante profusión dieron publicidad del mismo, alguno con entrevista radiada en directo a la asociación convocante incluida. El acto fue grabado por las cámaras de la televisión local (enlaces al final del artículo)

Estos medios evidencian las carencias a todas las escalas del periodismo actual, más enfocado a conseguir más «masa comercial» que la esperable calidad, obviando reglas periodísticas sencillas como investigar, comprobar o elaborar las noticias que ofrecen (no ser meros transmisores de notas de prensa),  o su responsabilidad social. Es la conocida «crisis del periodismo» que tan bien describieron Josu Mezo y Antonio Calvo Roy en la entrevista que les realizó Aberron en #Naukas15 (chupito)

De inmediato traté de poner sobre aviso al Ayuntamiento para que supiera el perjuicio que suponía para sus ciudadanos algo así, y lo que implicaba que además se realizase en instalaciones municipales en cuanto al aprovechamiento para ganar una falsa «autoridad» o crédito por parte de esta pseudociencia.

Tras una prometedora primera toma de contacto con dos concejales con competencias en el tema, con muy buena predisposición y transparencia, me encontré con una respuesta de uno de ellos diciendo que «se dará cabida a cualquier organización, asociación o entidad, sea del calibre que sea siempre que su actividad no esté considerada ilegal que, como no es el caso que nos ocupa, le indicamos que la programación del centro sociocultural no se va a ver modificada.«

Dada la manifiesta descoordinación de las concejalías consultadas traté de confirmar si esa es la posición definitiva del Ayuntamiento, no obteniendo ninguna respuesta, por lo que queda definida la postura del consistorio.

Terapia de vidas pasadas: supone riesgo para la actual

Y es que no hay que investigar mucho para ver los riesgos psicológicos (incluido el sectario) que tienen tanto la «terapia regresiva» como, en especial, esta versión que incide en supuestas vidas pasadas, llevados a cabo por diferentes personas. Usando la hipnosis (que sí es algo que bien hecho es riguroso y tiene ciencia detrás) esta «técnica» mezcla muchas creencias (cayendo muchas veces los clientes en incongruencias y contradicciones con la religión que profesan) y en teoría trata de conseguir información que el cliente parece no recordar de forma consciente para curar problemas mentales causados por las emociones que generan esos recuerdos ocultos.

Según la definición de uno de los practicantes de la «terapia de vidas pasadas»:«Es una técnica psicoterapéutica transpersonal que consiste en traer a nuestra conciencia habitual las experiencias traumáticas ocultas de esta vida y de existencias anteriores para trabajarlas terapéuticamente. En una acepción holística es una terapia del alma ya que los dolores están en el alma y es el alma lo que hay que sanar».

Es decir, ya desde su base es una pseudociencia cimentada en la supuesta existencia de continuas reencarnaciones, suponiendo que existiese el alma. Para más información sobre esta práctica no acreditada como profesión sanitaria en España y de la cual uno de sus gurús es Brian L. Weiss, pueden leer este estupendo artículo en «La ciencia y sus demonios». O ver (en inglés) como James Randi deja en evidencia al propio Weiss y otros dos «regresionistas«:

Un evento regresivo

Acudir a algo así es como leer el principio de «El Médico» de Noah Gordon. Ver como hay quien fomenta «técnicas» más cercanas al medievo y a las anteriores a la apendicectomía… y ver gente que las cree es duro, pero es necesario para hacer artículos como este.

Me senté cerca para tener mejores fotografías (cosa difícil por la luz y el movimiento continuo del ponente) Para seguir el artículo les vendrá bien tener ya el sonido completo de la charla. Así pueden leer mientras escuchan, en una especie de «audioguía» de una visita por la Edad Media:

El poder de convocatoria fue tal que muchísimas personas no pudieron entrar y se incumplieron las medidas de seguridad más elementales, como posiblemente el aforo, que según datos municipales es de 80 personas (mi cálculo aproximado, confirmado por una fotografía del organizador, es de unos 115 asistentes), o con personas de pié y otras sentadas en las escaleras obstruyendo una salida de emergencia.

Aunque no tenía esa inquietud, el ponente, el Dr. Juan José López Martínez (colegiado en Murcia), médico en un servicio de urgencias como principal ocupación y practicante desde hace 17 años de esta pseudociencia, dejó enseguida claro que no iba a hablar de ciencia: «No sé si a alguno de ustedes le llama la atención que un hombre de ciencia como yo me atreva a hablar de algo que voy a hablar esta tarde que no es ciencia […] Yo ya sé que no es ciencia». En realidad lo que me llama la atención es que se considere un «hombre de ciencia».

Entre su publicidad se anuncia como el poseedor del primer centro de «terapia de vidas pasadas» de España, lo cual es cierto. Lo que olvida anunciar es que solo unos días después y gracias a la comunidad médica le retiraron dicha licencia a día de hoy solo tiene autorización administrativa de la Comunidad autónoma de la Región de Murcia para ejercer en su centro privado la medicina general (dato fácil de comprobar)

Comenzó su charla (que tuiteamos en directo) usando para justificar que un supuesto «hombre de ciencia» hablase de «regresiones» la clásica falacia de Galileo. En este caso mencionó el caso de Miguel Servet cambiando (quizás por desconocimiento) el motivo de su muerte, que no fue por su ciencia sino por su pertenencia a grupos como la Iglesia Unionista (tal como contamos hace unos días) que la Iglesia Católica consideró contrarios y merecedores de la hoguera (crimen que, evidentemente, condenamos sin paliativos) Resulta en algo tan falso como separar ciencia y evidencia («que no se puede negar»), argumento que usó también para con su audiencia.

Hizo una primera referencia a la física cuántica, diciendo que «ha dado los primeros pasos en la demostración de esto», lo cual sabemos que no es cierto. Y entonces estableció uno de sus dogmas de partida: el ser humano se compone de cuerpo y alma, lo cual es 100% religión, no un tema de salud. Según este señor la física cuántica ha demostrado que esto es así (y se quedó tan ancho)

En un alarde circense de contradicción dijo que, de todos modos, como «hombre de ciencia», sabe que en «cualquier investigación que se precie se tiene que basar mínimamente en 3 pilares: la observación, otro es la experimentación y otro es la comprobación». A ver, ¿no había dicho que lo que iba a contar no era ciencia? «Hay fases de la terapia regresiva fácilmente comprobables» ¿Sí? ¿Seguro? Vemos de sus propias palabras dentro de unos párrafos si es así.

Contó cómo al parecer antes era bastante escéptico, aunque en 1997 una persona lo introdujo fácilmente en el mundillo de la «terapia regresiva» llevándolo a un cursillo. Esta «terapia» solo abarcaba desde la concepción al momento actual y le debieron parecer poco los falsos recuerdos que le iban contando sus clientes, así que tras someterse el mismo a la «técnica» y no entrar en regresión (propio de saber lo que le estaban haciendo) buscó otras cosas y «tropezó» con un excirujano plástico argentino, el Dr. José Luis Cabouli (de la ilocalizable, al menos para mí, «Fundación de Investigaciones Biofísicas»)

Autosugestión y «evidencias»

Influido por sus sesgos propios y subjetividad, y la correlación de recuerdos inventados en el caso de un cliente, el Dr. López comenzó a atender a la gente siempre acompañada de sus padres (lo cual condiciona emocionalmente a todos los intervinientes) Y llegó al caso detonante de su paso a la «terapia de vidas pasadas» donde una persona que sabía que su madre había intentado abortar contó, construyendo los recuerdos, cómo supuestamente sintió ese intento de aborto.

En una nueva sesión esta persona aprendió que «el paciente entra en regresión automáticamente« y que para ello solo tiene que conectar con una emoción (qué casualidad…) y así entra supuestamente en «estado expandido de consciencia» (algo que no ha sido comprobado jamás, y que más bien es un estado de debilidad psicológica donde somos más influenciables y vulnerables) En un alarde de osadía dice que ese momento en psicología se llama «estado transpersonal». Un nuevo olvido: es así, pero lo es en alguna rama no aceptada por la comunidad científica por ser pseudocientífica. Así muestra cercanía con el campo de la psicología (aunque él no tiene dicho título ni colegiación)

De su experiencia en urgencias deduce «algo que la ciencia no puede demostrar«: que si alguien llega a Urgencias diciendo «me muero, me muero»… se muere (espero que tuitear «#MátameCamión» no tenga el mismo supuesto efecto…) Todo para darle mayor énfasis a otro de los falsos recuerdos de esa persona, que en esa sesión se situaba en un barco del año 1640.

Entonces cayó en otro de los problemas de su discurso: reconoce que guía a los clientes durante su estado hipnótico, explicando cómo a esta persona (que no conocía el lenguaje marinero) le iba poniendo las palabras que «necesitaba». La enorme capacidad de autosugestión de un temeroso y asustado Dr. López y la duración de la sesión hizo el resto… Eso, y coger en una librería directamente un libro de Brian L. Weiss. Obviamente no fue nada paranormal porque conocía al autor, y sí es una errónea asociación causal a posteriori de alguien muy sugestionado con el tema.

Regresión en el bolsillo

Aproximadamente mil seiscientos (1.600) clientes, a una media de 3 sesiones cada uno: unas 5.000 sesiones. Un dato que para el Dr. López apoya sus resultados («para estar aquí hablando de esto que, insisto, no es ciencia, necesitas la evidencia») aunque no deja de ser una clásica falacia «ad populum».

Y es que si algo tienen en común estos alrededor de 1.600 clientes es el practicante de esta pseudociencia consultado, el cual guía a sus clientes, por lo que es muy fácil que den respuestas similares en muchas ocasiones. Esto constituye un elemento más de evidencia de que esto no es ciencia (como reitera el Dr. López), sino todo lo contrario. Pues según él, esa es la fuerza que le hace seguir dando «charlas», haciendo «talleres» y vendiendo libros.

En la mente en «estado expandido» (que según él se midió en 2006, aunque no localizo la limitada referencia que dio) intervienen consciencia y alma. Esto se lo saca de la manga porque sí y porque rellena convenientemente lagunas en sus creencias. Para él, el «alma» sabe cosas que casualmente coinciden con los mencionados falsos recuerdos (vientre materno, vidas pasadas…) que yo mismo puedo decir que tengo (como recordar haber visitado San Sebastián de niño, algo que no pude hacer hasta bien entrada la veintena) «El consciente sabe de ustedes, de nosotros, desde los 6 o 7 años hasta el momento actual». Resulta que sabe un poco más…

Un momento revelador de la sesión fue cuando dijo «Para el alma […] no hay tiempo, no hay espacio, no hay distancia. Para el consciente […] es imprescindible que se agarre a la idea lineal de tiempo… y de espacio… entre otras cosas porque sería imposible si no fuera así el haber quedado aquí a las 8 de la tarde». Si mis oídos y el audio grabado no me engañan fuí la única persona que entendió el chiste (aunque tampoco me reí) ¿Espera el Dr. López apoyarse en la física cuántica cuando su audiencia no entiende ni un chiste así? Evidentemente no, por eso usa la cuántica como una de las partes ininteligibles (para la mayoría) de su discurso.

«Estas experiencias son facilísimas de comprobar, eh. Cuando el paciente retrocede a su intervención quirúrgica con anestesia general te puede contar todos los detalles de la operación […] Todo.» Este argumento no tiene nada que ver con el «alma», sino de estados intermedios en que algunos pacientes (no todos) no quedan 100% anestesiados, lo cual está estudiado, documentado, etc. Eso sí, intuyo que pocos en el auditorio han hecho esta misma comprobación sobre el relato.

«En realidad las vidas pasadas son difíciles de comprobar. Yo no he comprobado prácticamente (entonces, como se escucha en el audio, yo susurro anticipándome a su respuesta «ninguna») ninguna… ¿por qué? Pues muy sencillo: porque el doctor [ininteligible], actualmente catedrático en varias universidades del norte de Europa ya las comprobó.» «Ya hace un tiempo que no me preocupa comprobarlo». Lo que viene después huelga repetirlo en este medio: más justificaciones de sus apreciaciones sesgadas, con alegato anticiencia incluído, tratando de desacreditar opiniones diferentes a su dogma, etc.

La cosa no mejora en los siguientes minutos: supuestamente, haciendo consciente lo inconsciente ya se arregla, por ejemplo, un problema sexual, un problema de salud… todo con un continuas frases de carácter emocional para la audiencia. Otro momento cumbre (quizás la cima de la charla): «Cuando trabajas en el vientre materno te das cuenta de una cosa inmediatamente: hasta ahora la concepción pues… eh… para… para todo el mundo y yo también lo creía era cosa de dos… para llevar a cabo la concepción hacía falta un hombre y una mujer. Pues no: les aseguro que la concepción es cosa de tres, como mínimo, a veces cuatro… pero lo normal son tres. Y ¿quién son? La mujer, el hombre y el ser que viene a encarnar. ¿Por qué? Porque cuando resulta que te vas un poquito más atrás, el paciente retrocede un poquito más y se va a ese momento que está antes de venir al vientre de mamá.» Mi cara en ese momento fue esta:

«La concepción no es entre dos personas, sino entre 3 o más contando el ser que se reencarna» #MátameCamión pic.twitter.com/oDdJEtLExr

— Qué mal puede hacer? (@qmph_es) septiembre 18, 2015

Turno de preguntas

Y después de esto poco más que comentar de la «charla» (que tienen completa en el audio): más ataques a las emociones con uso de familiares fallecidos incluído, un penoso intento de estigmatizar la enfermedad mental, revelación de cosas que hace en los boxes de urgencias… hasta llegar a mi momento favorito de estos eventos: el turno de preguntas. Tuve la ocasión de formular dos, siendo además la primera la inicial del turno:

P.- «¿Cuánto cobra por sesión?» [risas entre el público]
R.- «Es una pregunta interesante, ¿verdad?»
P.- «Y concreta.»
R.- [Lapso temporal] «Es una pregunta muy concreta y muy íntima, y a la que yo no le doy ningún valor. A nadie le importa, pero hay muchos pacientes que si no pueden pagar no pagan [mismo sistema «caritativo» que Diego Campoy con la BNE] No voy a hacerme millonario con esto.»
P.- «No es la pregunta que le he hecho.»
R.- «Es lamentable que te fijes en eso después de lo que he dicho, después de lo que estoy hablando.«
P.- «Es la pregunta que he hecho. Porque… usted vende libros.»
R.- «Pues mira, te voy a dar la respuesta: yo cobro 150 euros por sesión y las sesiones duran 3 horas. ¿Está contestada?»
P.- » ‘Fiuuuuuuuuuu’….Sí, perfecto.» [De fondo se escucha a una cliente: «Yo puedo decir que he estado 2 veces con este señor y pagaría lo que hiciera falta y lo volvería a hacer. Me ha ayudado muchísimo en todo.» Otra cliente comenta «lo mismo digo yo» junto a los «gracias» del Dr. López]

Un cálculo aproximado sencillo (aunque presuponemos que ni todo el mundo ha pagado lo mismo ni ha cobrado siempre la misma tarifa) Si ha realizado unas 4.800 sesiones, y suponiendo que por proporción unas 800 hayan sido a menor o a ningún precio, tendríamos 4.000 sesiones x 150€ = 600.000€, (100 millones de las antiguas pesetas) unos 35.300€ de media al año (dentro de los 17 que lleva con esto) Hoy en día está claro que seguramente en euros no llega a millonario con esto solo, aunque no deja de ser un suculento suplemento a su sueldo en urgencias.

A esto le siguen varias preguntas más de otras personas, algunas con pérdida de seres queridos, otras con supuestos «viajes astrales», «ir hacia la luz»… Entre las respuestas el Dr. López dejó claro que esta «técnica» también se apoya en alguno de los disparates del delincuente internacional R. G. Hamer sobre las emociones como causa de las enfermedades.

Si mi primera pregunta fue muy directa, la segunda llevaba «carga de profundidad». Recordemos que el Dr. López no es psicólogo y su consulta privada solo está autorizada para «Medicina general»:

P.- «Quería preguntarle qué patologías trata y si sus clientes llegan ya con un diagnóstico previo. Gracias.»
R.- «Vamos a ver: las patologías son toda aquella enfermedad que tenga un origen psicosomático, es decir, todo aquel enfermo que ha ido al hospital, ha ido a su servicio médico habitual y ha sido visto y diagnosticado, y el diagnóstico dice ‘no tienes nada’. ‘Pero yo es que lo que siento no tiene origen [ininteligible]’ Lo tuyo es psicosomático. A partir de ahí empieza la terapia regresiva. Algunos vienen con el diagnóstico y la gran mayoría de ellos sin diagnóstico. Porque vienen contándote lo que ellos sienten. En estos años lo único que he hecho ha sido atender la demanda que hay en la población de las personas que quieren hacer terapia regresiva. Ni te imaginas… lo que hay…»

Es decir: lleva a cabo consultas que entran en el campo de la Psicología en un centro privado no autorizado para ello, y sin la titulación ni colegiación requeridos. Además, vulnera de forma consciente (insiste en que no es ciencia lo que hace) y sistemática el código deontológico del Colegio de Médicos de la Región de Murcia (que es el de la Organización Médica Colegial) en cuanto a que usa terapias sin aval científico, así como sus estatutos, de los cuales se salta a la torera varias de las prohibiciones del art. 50.

Con esto y poco más terminó el evento. Encontrando un hueco entre los fans que querían su autógrafo y comentarle cosas más confidenciales logré dejar al Dr. López las señas de «¿Qué mal puede hacer?» (un saludo si nos está leyendo), que seguro le puede sermuy útil para abrir su mente y saber diferenciar mejor ciencia y pseudociencia (que no «evidencia», que es parte esencial de la ciencia) A la salida una de las asistentes me felicitó por la primera pregunta que realicé y pude comprobar hablando con ella que afortunadamente alguien del público sí fue con una mirada crítica.

Durante el fin de semana (19 y 20 de septiembre) se llevó a cabo el anunciado «taller vivencial», con al menos una docena de asistentes y un precio de 200€ por persona. Desconocemos qué parte de este precio va a parar al Dr. López. Si sabemos que es el precio habitual de sus «talleres».

Conclusiones desde mi vida actual

Cuando un ponente comienza su charla diferenciando entre «ciencia» y «evidencia» hay que poner todos los sentidos en guardia. Si hay frecuentes contradicciones y/o falacias, y las supuestas evidencias son solo fruto de la subjetividad de un ponente que además se niega a verificarlas ya no es necesario estar en guardia: está claro que todo parte de sus creencias. Y en este caso desde una gran dosis de autoengaño.

La salud no es ni puede ser de ninguna manera un juguete de las creencias. No en vano los códigos deontológicos de los colegios médicos (y hasta sus estatutos) lo dejan muy claro: solo usar terapias comprobadas y con aval científico. Mezclar religión y salud es un camino donde el riesgo para lo segundo esta garantizado, mientras que la curación queda como una mera lotería donde, con suerte, la regresión a la media será lo que nos volverá a dejar sanos.

Me parece muy libre que alguien pueda pensar que existen vidas anteriores dentro de sus creencias religiosas, pero no que se apoye en ello para temas de salud (#NoSinEvidencia) Sobre dichas creencias me siento muy libre también de rebatirlas ante la ausencia total de evidencias y la existencia de relatos sesgados junto con falsos recuerdos generados por nuestro cerebro. Acudir sin el mínimo ánimo crítico a una charla así puede llevar a aceptar dogmas sin cuestionarlos. Si le sumamos el riesgo que supone la práctica de la «terapia regresiva» tenemos algo negativo para la sociedad en su conjunto.

Con la información disponible a la hora de publicar este artículo, sobre la posición del Ayuntamiento (capitaneado por el PSOE), que cedió (tal como hacía el anterior del PP) y asegura que seguirá cediendo espacios públicos a estos disparates, comentar que la lucha contra la irracionalidad y las pseudociencias en el ámbito de la salud pública sigue y seguirá mientras sea necesaria (entre otras, por culpa de cosas como esta)

Actualización 05/10/2015: la televisión local (bastante dada a emitir eventos así) ha facilitado la grabación al organizador, que la ha hecho disponible en Youtube (en 3 partes):

Aquí la parte 2, y aquí la parte 3.