Durante estos 4 meses de andadura de «¿Qué mal puede hacer?» hemos podido comprobar que uno de los argumentos al que recurren com mayor frecuencia los defensores de las pseudociencias son las falacias. Pero… ¿qué son las falacias? ¿Por qué no son un argumento válido? Según la R.A.E.,
falacia. (Del lat. fallacĭa).
1. f. Engaño, fraude o mentira con que se intenta dañar a alguien.
2. f. Hábito de emplear falsedades en daño ajeno.
Con esta definición ya tenemos claro que es una forma de engaño. En el ámbito de la dialéctica y la lógica argumental la falacia sería, por tanto, un argumento en apariencia válido pero que sin embargo no no lo es, independientemente de la intencionalidad del orador. Por lógica, un argumento falaz no puede servir de apoyo a la veracidad o demostración de una hipótesis. Otro punto a tener en cuenta es que lo que hace falaz un argumento no es su contenido (que puede incluir verdades), sino su lógica.
Falacia argumental de autoridad.
Para comenzar esta serie de artículos, hablaremos de la autoridad. Que alguien sea una personalidad famosa, que tenga una serie de estudios o títulos académicos o que haya publicado en un medio generalista no hace que siempre que diga algo sea cierto.
Un primer ejemplo puede ser el uso de unas supuestas palabras de Richard J. Roberts, premio Nobel en 1993. Una entrevista mal trasladada por Lluis Amiguet a la infame «contra» del periódico La Vanguardia en 2007 ha venido siendo objeto de reproducción por páginas o medios durante meses y años después (es lo que ocurre por no contrastar las fuentes), como pueda ser http://actualidad.rt.com/actualidad/view/93667-nobel-medicina-enfermedades-farmaceuticas-roberts .
El «poder» de esta supuesta entrevista estuvo en la relevacia de la autoridad que decía que las farmaceuticas frenaban por interés su investigación. La falacia generada contribuyó a que muchos conspiranoicos apoyasen en ella sus afirmaciones. Sin embargo, como después se supo, las palabras del señor Roberts no iban por ahí, y además eran una opinión personal, no basada en pruebas, sino en apreciaciones: http://charlatanes.blogspot.com.es/2013/12/el-nobel-richard-roberts-se-me-cito.html
Otra falacia de autoridad habitual es la usada por los fabricantes de productos homeopáticos, que por sistema se introducen en Colegios Oficiales gracias a médicos colegiados. Así, pueden organizar eventos tan reprobables como los del pasado 10 de abril de 2014 con la «celebración» del día de la homeopatía (montado por Boiron): http://lacienciaesbella.blogspot.com.es/2014/04/atencion-al-desvario-el-dia.html Toda una falacia en si.
Otro engaño falaz habitual es el del psicoanálisis, que usa la figura de Sigmon Freud como autoridad «incontestable». Por contra, las teorías del psicoanálisis de Freud no tienen base en la evidencia científica hoy en día, por lo que se encuentra en el terreno de la pseudociencia (eso si, intentanto desde la ciencia pasar a ser una protociencia en muchos casos) De ello habla frecuentemente Mario Bunge.
Por tanto, recuerden, si detectan que alguien añade a una afirmación algo parecido a «es que lo ha dicho «tal persona», que es «tal título académico»» céntrense en si la afirmación puede ser cierta o veraz, no en los logros de tal persona.
Otras falacias examinadas en la serie:
2) Argumento «cum hoc ergo propter hoc» («con esto, por tanto a causa de esto»)
3) Argumento «ad populum» (usar como apoyo el que algo lo hace o dice mucha gente)
4) Argumento «ad ignorantiam» (apelar a la ignorancia o lo desconocido)
5) Argumento del «falso escocés» o «ningún escocés verdadero» (tratar de apoyar que algo es cierto en que uno de sus practicantes lo hace supuestamente mal)
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