MIEDOS/CONSPIRACIONES: ONDAS DE RADIO: Suicidio por temor electromagnético
Fecha: 28.11.2012 Lugar: Pinto (Madrid), España Víctima: Ángela Jaén Ramos, de 65 años
Para contar el caso de Ángela Jaén vamos a emplear la información reflejada por Ángel Martín Jaén, hijo de la víctima, y otros, en "Foro de Pinto", dado lo extensivo y cronológico que resulta el hilo de comentarios allí publicado, con información de primerísima mano sobre el caso.
En marzo de 2011, una ciudadana de Pinto, que vivía en la calle Joan Miró, comenzó a notar síntomas de quemazón en garganta y oídos. Rápidamente, su familia y ella asociaron los síntomas a una estación base de telefonía móvil que había en el edificio de enfrente… desde el año 1996. En especial, su hijo Ángel, Ingeniero de Telecomunicaciones, reafirmó esta certeza con sus conocimientos. Unos meses después (agosto 2011), Ángel hacía un llamamiento a sus vecinos, en el que relacionaba síntomas generales y comunes (nauseas, mareos, etc.) con la radiación de esa antena, y les pedía su colaboración para que le comentasen si sentían alguno de esos síntomas genéricos. Anunciaba, además que “[…] el consejo europeo va a prohibir el uso de los móviles y WIFI en los colegios[…]”1)
Poco a poco el delirio se fue alimentando con las informaciones sin fundamento que la familia recibía, buscaba o emitía, afectando más y más a Ángela. Por ejemplo, un vecino con un trastorno autoinmune echaba más leña al fuego relacionando su enfermedad con la antena, algo completamente irresponsable. Y así, sucesivamente, cualquier enfermedad (como el hipotiroidismo) de los vecinos solo tenía una causa: la antena. Ella comienza a llevar un “velo” de hilo de plata que supuestamente la protegía de la radiación.
Ángel habló también con Minerva Palomar, incapacitada por un juez por su supuesta “electrosensibilidad”. Como se puede ver en un vídeo que indicamos más adelante, Minerva sufre un grave trastorno psicológico que le hace sentir respuestas a cosas que no existen. Luego afirma que “El teléfono inalámbrico DECT afecta a el corazón (2.4 Ghz, entonces es de suponer que también los móviles, wifis, antenas…)”. Otro añadido es la interpretación retorcida del informe del grupo monográfico IARC de la OMS2) Este informe habla de las ondas de móvil como posibles causantes de un aumento en el riesgo de padecer un tumor cerebral concreto, y define ese riesgo en el Grupo 2B, junto a: trabajar de bombero, trabajar en una lavandería en seco, ser carpintero o impresor, la gasolina, el diesel, el café, el carbón negro, el cloroformo o el cobalto entre otros factores con evidencias limitadas en humanos y menores e insuficientes aún más en animales de que sean cancerígenos. En pocas palabras, podemos tomar un café tranquilamente mientras hablamos por el móvil.
Comienza entonces la búsqueda de otro lugar para vivir, una peregrinación que se demuestra inútil ante la progresiva mayor sensibilidad de Ángela al tema, cada vez somatizándose más y más en su cabeza. Por otro lado, ante el hecho de que la antena lleve al menos 15 años emitiendo y aparezcan en ese momento los síntomas en su madre, Ángel “cree” que pueden haber subido “el volumen” de las antenas Con el cambio temporal de ubicación parecía mejorar Ángela. Fue el momento (25/09/2011) de visitar a una doctora que al parecer podía diagnosticar el problema de la matriarca, quedando a la espera de los resultados de unos “análisis específicos”. Ángel entonces recuerda que “mi madre llevaba muchos años muy alterada nerviosamente, cualquier cosa que pasaba a su alrededor le afectaba, no podía ver nada de violencia en la televisión porque lo pasaba realmente mal…”, y que en su nueva ubicación “se encuentra sosegada, pausada… hacía años que no la veía así….” Es decir, cuando se la aisló de su entorno habitual, llegó la tranquilidad. Algo similar a otra vecina a la que el médico le decía que tenía estrés y su marido ansiedad, y durante las vacaciones se encontraron perfectamente.
Para “ayudar” a la situación de su madre, Ángel consigue que empiecen a hacer reportajes en televisión sobre su caso, con el estrés que ello comporta. Después de TeleMadrid, el turno fue para Antena 3. Y en una zona residencial en la que hasta entonces la vida transcurría con normalidad, pasó a imperar una palabra: preocupación. Todo síntoma o enfermedad solo tenían un causante, las ondas electromagnéticas no ionizantes. La familia cambió entonces de domicilio, con la idea de que fuese de forma permanente. Para el 07/10/2011 se encontraban en Calpe, donde según Ángel, “MI MADRE SE ENCUENTRA MUY MUY BIEN y mejorando día a día…”.
El 19 de octubre Ángel comenta que 2 familias vecinas de sus padres en Pinto le han comentado que ahora duermen mejor, y se pregunta “¿se habrá enterado ya la operadora y habrán bajado los niveles?”. Unos días después, Ángela vuelve a salir, tras más de un mes en casa, a la calle (eso si, con su “velo”) Según los resultados de los análisis y la opinión de la doctora consultada, padece “hiperparatiroidismo y tiene el piruvico bajo”, por lo que se someterá a un tratamiento de 4 meses de duración. Hasta este momento de la narración, que comenzó en agosto, y con los problemas de Ángela desde marzo, no se ha nombrado ni una sola vez las palabras “psicólogo” o “psiquiatra”. Tan solo hay un primer auto-diagnóstico realizado por la familia, y este segundo relacionado con las glándulas paratiroideas. El 6 de noviembre sufre una recaída, que Ángel relaciona con que pasó cerca de una cafetería con WiFi. Vuelve a la reclusión.
El 7 de noviembre ocurre algo inesperado en el “Foro de Pinto”: alguien, documentado y al abrigo de la Ciencia, comenta su punto de vista. Y no coincide con el resto de vecinos preocupados y alarmados. Ernesto, este valiente ciudadano, recibía inmediatamente la reacción del resto de foreros (“No voy a valorar sus opiniones las cuales se descalifican por sí solas”)
El 11 de noviembre se complica la estancia en Calpe, ya que la soledad y no poder salir del apartamento, minan la resistencia de Ángela y su marido, por lo que toca buscar nuevo alojamiento, cerca de Madrid y sin ondas cerca.
Nueva entrevista en Espejo Público(Antena 3) el 28/11/2011, esta vez en su nueva casa en Tembleque (Toledo)3) Aparece también una representante de Vida Sana, organización autora de la campaña sin base científica “Escuelas sin WiFi”. El 7 de diciembre Ángel comenta (a pesar de la ausencia ya de radiaciones) que “Se está apagando la llama de mi madre… como no haya algún cambio… tendremos muy malas noticias… Estamos al límite. Mañana empezaré a buscar un psicólogo que pueda ir a Tembleque a hablar con mi madre…”. Tras 8 meses de los primeros síntomas, una idea con sentido… que no se lleva a cabo. El 16 de diciembre, Ángela intenta acabar con su vida. 10 de enero de 2012, el tratamiento que le proporciona “un doctor del Ramón y Cajal, cirujano y biólogo” no funciona y lo abandona a la semana tras producirle heridas en la lengua, paladar y oídos. Se trataba de “medicamentos naturales”. Ángel, por su parte, desacredita la entrevista que Luis Alfonso Gámez ofrece en “Asuntos Propios” de RNE sobre el tema Antenas/WiFi4)
El 9 de febrero de 2012 Ángel anuncia que sus padres vuelven en un mes de Tembleque a su piso de la calle Joan Miró de Pinto, ya que la vivienda está siendo aislada contra radiaciones (con un alto coste) El 27 de febrero, ya están en su casa, ahora decorada con pintura metálica “aislante” y cortinas de hilo de plata. Al día siguiente, nueva entrevista para la televisión (“Madrid Directo” de Telemadrid) Y el día posterior, tras tan solo 3 en la casa “asilada”, el estado de Ángela vuelve a empeorar. El 8 de marzo se emite la entrevista para “Madrid Directo”.5)
El 17 de marzo, y sin haber recibido consulta, tratamiento o diagnóstico psicológico o psiquiátrico aún, Ángela intenta por segunda vez acabar con su existencia. Ahora si, desde urgencias es derivada al Hospital Psiquiátrico de Ciempozuelos, donde permanece aislada durante 3 semanas. El 27 de abril el Ayuntamiento de Pinto, sin mediar estudio científico, solo la alarma popular, modifica su ordenanza municipal al respecto de antenas de telefonía y similares. Destacar que Pinto no cuenta con hospital.6)
El 31 de mayo Ernesto vuelve a dejar su punto de vista en el Foro de Pinto, eso si, con bastante dureza, lo que provoca la respuesta de Ángel, y la contestación de Ernesto, Licenciado en Física, que expone claramente su opinión: “con todo el respeto tu madre tiene una enfermedad psicológica”. Y lo argumenta de un modo sobresaliente. Entresacamos una frase de Ángel del 4 de junio: “Y sí, debemos tener una paranoia mundial alucinante miles de personas ven los mismos pitufos alrededor del planeta…”. Se ajusta a la definición de delirio paranoide que dimos en la entrada a MIEDOS/PARANOIAS. Eso si, el 6 de junio Ernesto era baneado por 2 semanas del “Foro de Pinto” por supuestas faltas de respeto (emitir la opinión de que Ángela somatizaba sus síntomas), y tras ser insultado por Ángel (que no fue baneado, como era de esperar)
Un vídeo del estado de Ángela el 12 de julio nos indica problemas neurológicos (descoordinación, problemas motrices), sin duda por el avance de los problemas psicológicos al no haber sido tratados.
El 18 de julio la familia llega a la conclusión, tras hablar con el doctor Carlos Sosa, médico con síntomas similares a Ángela, de que el problema son los implantes y empastes dentales, ya que son metálicos, por lo que proceden a retirárselos. Por su parte, Ernesto seguía intentando aportar luz sobre el asunto ya de un modo continuo, pero sin éxito, ya que la conspiranoia estaba perfectamente implantada en el foro, con los consabidos “por si acaso”, “abrir los ojos” o “principio de precaución”. Fue avisado de expulsión definitiva el 9 de octubre.
El 20 de octubre entra en escena el “informe” diagnosticando a Ángela Jaén de “Síndrome de electrosensibilidad severo” realizado por Mar Gimena. En realidad, su nombre es Mª del Mar Rodríguez Gimena, colegiada en Madrid con el nº282846415, especialidad de Medicina familiar y Comunitaria. Y entre sus “habilidades clínicas” está la homeopatía. 31 de octubre, Ángel sobre un niño al que le sangraba la nariz: “las venas de la nariz son microcapilares, al estar expuestos a un campo electromagnético (corriente eléctrica en vez de ir por cable su transporte es el aire), estos microcapilares explotan…”. Cada vez era mayor su delirio, con lo que ayudar a su madre era imposible. Así, hace a su progenitora grabar el siguiente vídeo (12/11/2012): http://www.youtube.com/watch?v=6EZ1pIhpyIo
El 27 de noviembre de 2012 Ángel comenta que su madre, por efecto de la radiación, ha desarrollado también sensibilidad a los productos químicos, y que percibe olores muy intensos.
Al día siguiente, por la mañana, Ángela Jaén acababa con su propia vida, usando dos cuchillos.
Días después, otro usuario del foro, Gastón refiere una enfermedad neurológica: “neuralgia trigeminal atípica”. Y presupone que la fallecida había visitado alguna consulta de Neurología en estos largos meses de calvario. No fue así. Cada vez que iba con su familia a urgencias, era derivada a Salud Mental, a donde no llegaba. Su mismo hijo negaba categóricamente que su madre tuviese “neuralgia de trigémino o que estaba psicótica”.
“El velo de metal que llevaba mi madre le ayudaba, lo malo es que la pobre ya se había contaminado demasiado, debido a la antena de telefonía que tenía a 60 metros de su piso. Sufría unas convulsiones espantosas, su cuerpo se había convertido en una pila” contaba Ángel días después en un reportaje de nulo contenido científico en el “Magazine” de El Mundo. Y continúa exponiendo, sin rigor alguno informaciones extrapoladas y sin confirmar (como achacar el cáncer del ex-entrenador del FC Barcelona, Tito Vilanova, al uso del móvil) Pura conspiranoia. El problema: Ángel explica a su manera el caso de su madre a otras personas con síntomas parecidos, apareciendo en medios, dando charlas y concediendo entrevistas, con el problema latente de que no acudan a un servicio de salud mental que realmente les ayude.
Entre esos medios, el programa de Onda Cero en los fines de semana “Te doy mi palabra”, presentado y dirigido por Isabel Gemio, habitual en la divulgación de pseudociencias (como sucedió hace unos meses con la NMG de R.G.Hamer), que no dudó en dar la palabra a Ángel, pero si dudó en localizar estudios que negasen la relación móviles/enfermedades. Y "El Programa de Ana Rosa", fiel a la línea alarmista y sin base argumental de TeleCinco, que dedicó un buen espacio de su tiempo en febrero de 2013 al asunto. En la segunda parte del vídeo es donde vemos, como decíamos antes, a Minerva Palomar y su delirio.
Y poco más desde entonces. Las antenas de telefonía situadas en la calle Joan Miró de Pinto siguen radiando con normalidad valores cientos de veces por debajo de lo permitido por la legislación.7) La radiación emitida por la telefonía móvil, o las redes WiFi, sigue (y seguirá) siendo “no ionizante” y no causará daños al organismo humano (ni cambios en su ADN). Toda una zona de Pinto vive atemorizada por la paranoia creada por este asunto, y su Ayuntamiento modifica sus ordenanzas no por informes técnicos o científicos, sino por la alarma social. Ángel Martín sigue su cruzada desinformativa al no haber salido todavía de su estado mental actual. Ángela no volverá, pero si que nos preguntamos ¿qué hubiera sido de ella si hubiese tenido la oportunidad de recibir un diagnostico (y tratamiento) psiquiátrico?
— Isidoro J. Martínez Vélez 2014/03/09 01:53
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