MIEDOS/CONSPIRACIONES: ONDAS DE RADIO
Casos | Fecha | País | Lugar | Principales consecuencias |
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Suicidio por temor electromagnético | 28/11/2012 | Pinto, Madrid | España | Muerte |
Agresiones por instalar antena telefonía | 04/06/2015 | Barrio El Vallecito, Puno | Perú | Diversas lesiones |
Desde el principio de los tiempos, desde que se produjo el “Big Bang” el universo no ha dejado de emitir ondas electromagnéticas. Ni un solo momento. Por tanto, desde que el primer ser vivo surgió todo animal o planta, mamífero u ovíparo, hombre o mujer vienen recibiendo de forma continua radiación. Así, gracias a la observación del fondo de microondas, hemos podido tener incluso un mapa aproximado del universo
Las ondas electromagnéticas, en función de si pueden alterar el átomo, se pueden clasificar en ionizantes y no ionizantes:
• Ionizantes: Son aquellas capaces de romper los enlaces de los átomos, separando los electrones forman parte de ellos. Eso supone un cambio en la materia ionizada. Curiosamente, la mayor fuente de estas ondas que incide en el ser humano es, precisamente, el cuerpo humano, seguida de la natural que produce el planeta y la radiación cósmica. A partir de cierta frecuencia y potencia son dañinas para los organismos vivos, pudiendo verse alterado su ADN.
• No Ionizantes: Aquellas que, por su frecuencia o escasa energía son incapaces de producir la ruptura atómica. Sin embargo, si son capaces de agitar los electrones produciendo, por tanto, un aumento de la temperatura. De forma curiosa, también, la mayoría de tipos de ondas electromagnéticas originadas por el hombre gracias a la técnica pertenencen a este grupo.
En el siguiente gráfico podemos ver las diferentes ondas clasificadas, con sus frecuencias y potencias. Como vemos, un simple radiador nos puede estar radiando más que un móvil, por su potencia no nos quemaría en circunstancias normales, y al ser ondas no ionizantes no puede alterar nuestro ADN. El mando a distancia del televisor usa en la actualidad infrarrojos, pero existen también que usan rayos X, que cumplen todas las normas legales para poder ser comercializados.
Desde hace poco más de un Siglo el ser humano viene utilizando las ondas electromagnéticas en su beneficio. Las teorías, descubrimientos y experimentos de Maxwell, Hertz, Marconi, Tesla o Povov revolucionaron a finales del Siglo XIX las comunicaciones de un modo increible, permitiendo la transmisión de información de forma casi instantánea a distancias kilométricas. En tiempos más recientes, el perfeccionamiento de la tecnología ha permitido aplicar la generación de ondas electromagnéticas no ionizantes a diversos niveles: telefonía móvil, redes inalámbricas, hornos microondas, sonar, laser, y así un largo etcétera de usos controlados e inócuos para el ser humano siempre no se haga ninguna barbaridad, como meter la cabeza en un microondas en marcha. Los daños, eso si, serían los causaría el aumento de temperatura en forma de quemaduras más o menos graves según la potencia y frecuencia. El sentido común y nuestro cuerpo nos avisan de que mantener la mano en un fuego hace daño, por lo que solo la inconsciencia o la locura nos podrían llevar a un daño así.
Con estas premisas encontramos en la actualidad personas, incluso asociaciones u organizaciones, que defienden la teoría sin base científica de que las ondas electromagnéticas no ionizantes usadas (en telefonía, por ejemplo) están originando una serie de alteraciones y enfermedades. Este temor sin fundamento lleva a muchas personas a desarrollar problemas psicológicos graves, e incluso a importantes trastornos psicosomáticos. En otras ocasiones es la autoridad gobernante quien paga con dinero público (sin antes proceder a una consulta científica) ridículos sistemas solicitados por estas asociaciones para “prevenir” los supuestos daños.
Alrededor de estos miedos se está desarrollando, poco a poco, una industria de supuestas protecciones contra estas ondas, que no deja de ser un engaño para aquellos que compran sus productos.
A día de hoy no existe ni un solo informe científico que avale esta asociación de ondas con ninguna enfermedad.
- Informe de la Comisión Europea acerca de los campos electromagnéticos, 2015 (en formato .pdf)
- "No, Pablo Iglesias, la hipersensibilidad electromagnética no existe", por Ángela Bernardo para Hipertextual (25/08/2015)
— Isidoro J. Martínez Vélez 2015/06/07 13:29
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