El proyecto de hospital en Barcelona que parece va a ser dedicado a la «milenaria medicina china» nos ha causado estupor por la participación pública en el mismo, y nos trae a la memoria el ya existente «Hospital Nacional Homeopático» de México (vergüenza y deshonra de ese país norteamericano)
Según informa el gobierno catalán (con pompa y titular de apariencia estupenda) el pasado 27 de enero de 2016 habría llegado a un acuerdo con una entidad local de Pekín para establecer en Barcelona un hospital de «medicina tradicional china», supuestamente el primero de estas características lejos de Asia y que sería referencia sobre este «campo» en Europa.
Dicho acuerdo cuenta con la rúbrica del Sr. D. Jordi Baiget i Cantons, Consejero de Empresa y Conocimiento sin constar que sepamos intervención o ausencia de la misma del Consejero de Salud, Sr. D. Antoni Comín i Oliveres.
Al más puro estilo «EuroVegas» se anuncia algo diciendo que atraerá muchos visitantes pero, sin embargo, no tiene nada de beneficioso para la sociedad catalana ni la española. Pero, ¿cómo llegan en Pekín a decidir algo así? Conozcamos un poco mejor esta parte del sistema sanitario chino.
La salud pública en China
El artículo 21 de la Constitución vigente (1982) de la República Popular China especifica sus obligaciones respecto a Sanidad: «El Estado desarrolla los servicios médicos y de salud, promueve la medicina moderna y la medicina tradicional china […]». Dicha frase no aparece en su carta magna de 1954 (que sí se habla de fortalecer la salud de los trabajadores), tampoco en las de 1975 o 1978. La frase sigue en la última revisión realizada del texto de 1982, y data de 2004.