La televisión actual intenta buscar formatos novedosos, originales. Para ello se recurre a veces a adaptar un formato exitoso en otro país. Es el caso de «‘Schulz in the box» que se emite en la alemana Prosieben, y es propiedad de la productora Endemol. Su filial española Zeppelin TV se ha encargado de versionarla para nuestro mercado, siendo emitida por Cuatro con el nombre de «Box: en la caja«.
El formato es relativamente sencillo: alguien conocido para el gran publico aparece en el lugar que determina el programa dentro de una gran caja. Al salir de ella se encuentra con el porqué de aparecer en ese punto específico de la geografía, siempre orientado a derribar un prejuicio propio. El episodio emitido ayer 14 de octubre de 2014 (con tuvo como protagonista a Juanra Bonet, presentador y actor, conocido por su participación en «Caiga quien Caiga» o «El Mundo Today» entre otros. ¿Dónde apareció tras salir de la caja?
Comunidades ¿autosuficientes?
Un huerto es su destino inicial. Allí conoce a Jason (38) y Audrey (35), vegetariano y crudivegana respectivamente, que le explican que junto a otros amigos forman una comunidad. ¿Por qué escogieron esa opción alimentaria? Lo dejan claro: simplemente por un tema emocional, no basándose en ciencia, ni datos… Incluso llegan a decir que los tomates que comemos generalmente están «irradiados» como argumento: cierto, los irradian el sol, los rayos cósmicos, etc. Es decir su producción también está irradiada.
Cómo no, aparece el tema de las ondas electromagnéticas al ver J. Bonet que tienen una «orgonita» a la que atribuyen que «el metal recoge las ondas y la sustancia inorgánica los absorbe»… ¿¿¿cómo??? Por la cantidad de dispositivos electrónicos presentes en la sala acaba Jason diciendo que «no rechaza el progreso». La cara de J. Bonet es un poema sobre todo cuando Jason dice que hay estudios que demuestran que las ondas de los móviles producen tumores cerebrales. Normal su estupor y el «me sentiría como un idiota si me comprase una orgonita» que espeta. También lanza Jason el más que desmontado mito de que las plantas no crecen alrededor de la WiFi. Y entonces Bonet da con las pseudociencias, que califica como «una nueva religión».
El elixir de la mañana
El licuado desayuno en casa de Jason y Audrey no contiene nada muerto. Bueno, si, frutas, vegetales. Entonces sale a relucir la mezcla de alimentos y salud, una relación que existe, pero nunca al nivel de «lo que como es mi medicina» como indica Audrey. La sorpresa (o no) llega a continuación cuando Audrey revela que no se vacunan… ni tampoco los niños, ni los llevan al médico. Sin congruencia dice que para una lesión si. Porque ellos no tienen esas enfermedades (como bronquitis)… ya que el ¿90% de las enfermedades son psicológicas? La carcajada instantanea de J. Bonet lo dice todo.
Audry: «Crees en las vacunas». Es la pregunta de alguien que se rige solo por sus creencias, y que para investigar no sabe limitar sus marcados sesgos. Otra revelación de Audrey: «en todas las vacunas, la vacuna siempre llega después». Y mientras no haya una máquina del tiempo así seguirá siendo. Recordamos a Audrey que la «peste negra» no fue coetánea de ninguna empresa farmacéutica. De nada. ‘Chapeau‘ para J. Bonet cuando dice «ojo, me parece muy peligroso criminalizar a la medicina«. Lo de «¿quién financia las facultades de medicina» de Audry creo que no merece mayor comentario. Bueno si, seguro que algún estudiante sin beca se lo puede decir.
Consecuencia: enfermedades infecciosas
Audrey: «mi niño nunca ha estado enfermo, pero hace dos semanas tuvo paperas«. Si, como lo leen (es transcripción literal). No es trasladable la risa socarrona con la que dice «no lo he llevado al médico… jojojojjojo». Imagino que los padres de los amigos del niño estarán encantados con saberlo. Té verde y jengibre fue «el alimento» que dió Audrey para una enfermedad, la parotiditis, de la que no hay tratamiento más que sintomático y que puede derivar en graves consecuencias. Por no hablar de que alguien cercano (y muy posiblemente sin vacunar) se la contagió. Y que la vacuna triple-vírica tiene una efectividad en prevenir esa enfermedad alrededor del 80%. Eso si, lo que dijo Hipocrates no falta en su ideario. Lo resume J. Bonet: «sobredosis de flipe».
En reunión ya con el resto del «clan», aparecen nuevos argumentos no lógicos y tergiversaciones. Tenemos dientes: si. Podríamos comer carne sin cocinar: si, no lo hacemos por motivos como que se digiere mejor, o que acabamos con amenazas higiénicas. Divertido cuando usan la similitud con los rumiantes porque no veo que comamos forraje. Ya lo dice J. Bonet, «tela el razonamiento». El planteamiento ecológico sostenible: muy bonito, pero no apoya lo anterior. Y la supuesta cita de Einstein, pues eso… falsa. La «cum hoc, ergo propter hoc» en su esplendor. Una pregunta inocente revela que la carencia de proteinas hace que uno de ellos coma pescado de vez en cuando.
La escuela
Pero… ¿a esas horas, qué hacen niños en casa? Es sencillo: no van. Usan el método Montessori y donde están inscritos la enseñanza no es prácticamente «presencial». Y no, la falacia de autoridad de que alguno de los creadores de Google usase ese método no lo avala. Y que no deba existir un sistema educativo único tampoco es un aval (lento Bonet no reacciona ante esa falacia) Nuestra opinión sobre este método: ninguna formada aún (si sobre los falsos argumentos a su favor)
Curioso, Audrey dejó de comer carne al ver un documental de maltratos a animales con destino alimentario… pero no comería un animal que hubiese sido tratado mal. Es decir, solo hay sustento emocional de su crudiveganía (solo cocinan por debajo de 42ºC… un valor arbitrario). Mimi Kirk es su gurú, y tiene un gran efecto halo. Y con el reiki topamos, esta vez para un caballo. La cuidadora Karyn lo dice y se queda tan ancha… eso si, ha cazado jabalíes con ballesta.
¿Qué haríamos si no hubiese ganadería organizada?¿Dejaríamos de comer carne animal?¿Sería menos cruenta su muerte? No, esas preguntas no se responden en el programa. Su inversa se usa como argumento para no comer animales. Es decir, primero nos inventamos que el humano no está hecho para comer carne… y lo asociamos con esta circunstancia necesaria para nuestra sociedad que es la ganadería. Esas argumentaciones. Francisco Martín es el encargado de hablar de ganadería y dejar un «abrir los ojos» que echábamos ya de menos. Para él cocinar más de 2 horas algo es torturarlo… y que ya viene cocinado… por el sol. Entonces en el norte de Europa será complicado comer bien…
Un paso más allá… el ayuno
No vamos a dar publicidad gratuita a esta peligrosa práctica antialimentaria, que Bonet califica de «muy imprudente». Coincido con él en que llevar el cuerpo a esos límites es autolesionarse. Lo del respiracionismo… más de lo mismo. Ver el estado demacrado del tal Rufino por sus estados carenciales debe ser suficiente aviso a navegantes.
¿Y si mezclamos meditación transcendental?
Nos presenta Juanra Bonet una comunidad dedicada a la agricultura… y les encuentra meditando. Pertenecen a la Fundación País Global Maharishi de la Paz Mundial. Su explotación de alrededor de 2,5Ha. está situada en Nerja, registrada con el CAAE nº 10.093. Usan gran cantidad de material plástico en sus fincas. Dicen que las plantas perciben el nivel de estrés de las personas. Ponen música hindú a las plantas. Argumentan estudios de su propia «universidad» en USA (para decir que sus productos tienen más nutrientes que los «solo» ecológicos. «Hay mucho fanatismo» dice el guía: pues si. Ellos mezclan meditación trascendental, incluso piden donaciones para sus centros de meditación en la hoja de pedidos. El gurú de los Beatles les guía por las sendas del Euro.
La realidad: sin demostrar ventajas (más allá de ser un producto bien cultivado) los precios (a fecha de hoy 15/10/2014, IVA incluido, sin transporte) de sus productos Marahishi no son asequibles para el gran público. O al menos yo no puedo permitirme 2,90eur. por un kg de plátanos. O 3,40eur. por 1kg de arroz redondo normal. Ni 1,70eur. por una lechuga. Ni 1,20eur. por 1 kg de patatas. Ni 11eur. por 2lit de un aceite de consumo habitual. Y seguro que están muy buenos.
Una compra semanal con este tipo de productos es elitista. Y caprichosa, ya que no resulta en una mejor alimentación ‘per se’ al no tener mejores propiedades que los que consumimos los demás. Siempre hay, también, quien nos puede enseñar por unos euros a hacer cocina crudívora, como Irene, que es casi frugívora gracias a otro argumento de peso: nos parecemos a los monos, y los monos solo comen fruta… ¡ole! En uno de sus cursos encontramos a Emiliano, que no sabe porqué dejó de tener gastritis (ya somos dos), aunque lo atribuye a la «comida natural». El remate es alguien que dice que «no cree en la quimio». Señora, en efecto no crea, en nada. Y deje que le salven la vida si llega el momento con ella. Y de recomendar hacer caso a la siguiente entrevistada:
Odile, siempre Odile
Tras un programa en el que el escepticismo de Juanra Bonet era lógico y patente, llegó el desconcertante final, donde la protagonista fue la médico y vendedora de libros Odile Fernández, que recordamos aprovecha cualquier ocasión para decir que tal o cual alimento cura tal o cual cáncer, y, sobre todo, para vender su libro (por cierto, para 2015 ha sacado una agenda para sus fans)
¿Cómo puede alguien desde el pensamiento racional decir que va a ser sesgado y se va a dejar «colar» un argumento de autoridad? Eso debería preguntarse Juanra Bonet, que, quizás por el halo de Fernández, da por buenos sus argumentos. Y es que si, el consumo regular de ciertos alimentos si que baja la probabilidad de sufrir algún cáncer concreto… pero de ahí a dar por bueno que se curó solo con eso y una actitud positiva hay un trecho. Bien conocido es el sesgo desde el que habla Odile, donde obvia a menudo que la ciencia por medio de la quimioterapia ayudó a que superase su cáncer.
Desde un punto de vista frívolo Bonet incluso dice que fue una «curación milagrosa». Y toma por buenos argumentos «ad antiquitanem» como que lo que comían nuestros abuelos era la dieta mediterránea y la hemos dejado. Para completar la función Odile le sugiere hablar con una «amiga» suya. Y así es, Melissa López es conocida por Odile, y le ha asesorado desde que a principios de año descubrió que tenía un cáncer en el pecho.
La conversación deja alucinando a Juanra Bonet… normal, le falta información. En ningún momento se dice algo que con un poco de indagación sabemos: Melissa se somete al tratamiento convencional para el cáncer. Y ello es el factor fundamental de la reducción tumoral. No el hecho de comer cebolla. Ni el de sonreirle a la vida. Que si hay que comerlas. Y si hay que sonreirle a la vida. Pero no decir cosas no probadas que pueden alentar una falsa ilusión no solo en pacientes, sino en sus familiares y amigos.
Interesante, necesario, y mejorable
El resumen final de Juanra Bonet no es adecuado, ni acorde con lo visto. «No cerrar la puerta a nada» no es ciencia. Y el ha cerrado, desde la lógica, varias durante el programa. Le aplaudimos por ello. Si es ciencia es comprobarlo todo, y volverlo a comprobar… y descartar aquello que no sirve (si se descarta algo útil por error ya se volverá a ello)
Aun así, buen programa, crítico y acercándonos a realidades regidas por creencias. Este último desliz no habría sucedido de saber Bonet el tratamiento de López, o el resto de afirmaciones habituales de O.Fernández, no habría sucedido.
Y error grave de Cuatro (que esperamos subsane lo antes posible) por la falsedad en su web en aras de no perjudicar la salud pública: «Odile asegura que la comida sana le ayudó a superar el cáncer que padecía«.
Actualización 31/12/2014: Cuatro rectificó poco después el escandaloso titular, aunque no los contenidos e insinuaciones, ni la «url» del artículo.
Artículo dedicado a Melissa López, con nuestros deseos para su pronta y definitiva recuperación.
Cuatro. Box: en la caja: Juanra Bonet. Emitido 14/10/2014: http://www.cuatro.com/enlacaja/a_la_carta/T01xP07-Juanra-Bonet-crudiveganos_2_1875855026.html
Para situar mejor el tema de Melissa López hemos solicitado al programa la fecha de grabación, información que actualizaremos si llega.
Me parece bien que quieras ser crítico con lo que ves pero creo que no vas encaminado cuando arremetes tanto contra la relación entre comida y salud. Mira a tu alrededor y verás que publicidad te rodea y cuales son los principales monopolios del mundo. Seguro que no veras anuncios super atractivos de brócoli, pero a que si ves estupendas hamburguesas, increíbles muslitos de pollo frito o incluso anuncios de oreo en las revistas del dentista. Hay muchisimos estudios que demuestran que el consumo de proteína animal favorece el desarrollo de múltiples enfermedades, entre ellas el cáncer.
Pienso que el programa quería dar un toque de humor con algunos personajes que salieron, y estoy de acuerdo contigo en que algunos razonamientos eran para exharse a reir o apagar la tele, pero cuando Audrey dice «Mi alimento es mi medicina» no dice ningún disparate. Desde el respeto, infórmate algo más al respecto sobre esta relación, pues seguro habrá gente que te lea y siga tus palabras a pies juntillas sin pararse a pensar en todo lo que dices.
Un saludo
Precisamente se trata de evitar que alguien crea a pies juntillas el disparate infundado de que «tu alimento es tu medicina» y que la gente se pare a analizarlo antes de hacer el mínimo caso. Otra cosa son algunos alimentos concretos que ocasionalmente tienen algún principio activo.
Mezclar churras con merinas es confundir. Una medicina es una medicina (y cura) y un alimento es un alimento (y nutre)
Y un ejemplo sencillo sería intentar tratar como propones una apendicitis aguda. No lo veo.
¡Y la rabia que da ver que cuelan falacias muy atrevidas y afirmaciones nada contrastadas en prime-time!
Yo no vi el programa, pero lo que si te puedo decir es que te falta muuuuuucha información para hablar de esta manera sobre el crudiveganismo. Vaya manera de tergiversar las cosas estos de la caja. Y vaya manera de interpretar tu las cosas. Repito, te falta información
Curioso, porque si hay una cosa que no hace el artículo es hablar del crudiveganismo en si. Si decimos que la motivación de las personas que aparecen en el programa para escoger esa opción fue emocional, tal como manifiestan ellos mismos. Y que las excusas que después dan sobre rumiantes, etc. no tienen sentido.
Pero del crudiveganismo en si… nada. Es más, dentro de unos parámetros de nutrición controlados y equilibrados, no le vemos ningún problema a esa opción alimentaria. Quizás te haya faltado leer el artículo.
En otro tipo de cajas metía yo a algunos…
Buen artículo, Isidoro
Gracias Dani.
Uuufff… yo no hubiese pasado de los 5 minutos de programa…