Una de las pseudociencias más exóticas y por la que hemos detectado que preguntáis es el «Hoʻoponopono». Y no es que haya precisamente mucha información ya que es algo con muy poca «chicha». Para hacer una pequeña introducción, qué mejor que una «canción» sobre el tema:
Y es que lo que empezó como un rasgo cultural en Hawaii se ha convertido en excusa para una nueva charlatanada. Sin entrar en detalles lingüísticos podríamos decir que la traducción «Hoʻoponopono» vendría a decir algo así como «poner las cosas en orden». Un arte de tinte espiritualista que se usaba para tratar de solucionar problemas sociales (incluso se indicaba su práctica a aquellos que robaban)
Así una ofensa se examinaba, revisando en qué había dañado los sentimientos ajenos y los propios, se pedía un perdón que era aceptado por los demás y se decía algo así como «pelillos a la mar». Luego una pequeña celebración terminaba supuestamente de reconciliar a la sociedad.
Pero todo avanza y esta práctica (que cuenta con similares en otras zonas del Pacífico Sur) comenzó a ser estudiada por un mundo occidentalizado, donde la ciencia empezaba a ser un método cada vez más utilizado. Aún así, el Hoʻoponopono no se perdió, sino que la tradición continuó pero, como era de esperar, y en 1976 alguien «occidentalizó» este «arte»: Morrnah Nalamaku Simeona.
Masajista en sus propios spas en los hoteles Kahala Hilton and Royal Hawaiian, tuvo como clientes a Lyndon B. Johnson, Jackie Kennedy o el golfista Arnold Palmer, decidió en un momento que podría llevar el «mensaje» más lejos… y, de paso, ser célebre. En 1983 fue reconocida como «kahuna lapaʻau» (sanadora) por la «Honpa Hongwanji Mission of Hawai’i» (no fue titulada médico por una Universidad, evidentemente) Su educación cristiana, en India y China hizo el resto: rezos a un supuesto «creador», «karma«, «reencarnación«… un cóctel de creencias bien conocido.
Comenzó organizando los «Pacifica Seminars». Luego la fundación «The Foundation of ‘I’, Inc. (Freedom of the Cosmos)». Escribió 3 libros con su metodología en tres niveles, al estilo de otras pseudociencias. Según sus palabras «El propósito principal de este proceso es descubrir la divinidad en uno mismo», y lo describe como una liberación del pasado.
Pero… ¿y la ciencia del Hoʻoponopono?
No esperen ver ningún rasgo científico en esta pseudociencia. Ni estudios científicos «doble ciego». Ni el Nobel de «Hoʻoponopono» otorgado por la academia sueca. Esta técnica fue siendo asimilada según era conocida por practicantes de otras pseudoterapias como reiki, «mindfulness», etc. y así ha llegado a nuestros días.
Y su muchísimos «gurues» con sus respectivos libros al respecto (como Hew Len) Esta mezcla de oraciones, mantras e intento de vaciado y limpieza del pasado tiene tan poca sustancia que muchos la ofrecen a partir de mínimos cursillos, a pesar de no tener eficacia, ni aval de colegios oficiales de psicología, ni nada. Si provoca beneficios económicos en quien la ofrece… ¡cómo no!
Si escuchan estas palabras o las ven escritas (en su «timeline» de Facebook, p.ej.), sepan que se trata de uno de los absurdos «mantras» de ho’noponoponismo. «Happy-happysmo» en todo su esplendor:
Lo Siento
Perdóname
Te Amo
Gracias
El exotismo y la similaridad de las creencias que ofrece con otras arraigadas en la sociedad (de tipo religioso) ha facilitado también su introducción. La promesa de un perdón por los demás como expiación cala donde está arraigada la confesión de los pecados. El resultado (más allá del consabido placebo) es idéntico al de otras pseudociencias: ninguno. Y mucho menos al usarlo para sanar.
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