¿Estás enfermo? Alternativas traigo

Internet, la red de redes en la era de la información, ha supuesto una oportunidad para poner datos e informaciones al alcance de un ‘click’ a todos los públicos de un modo impensable hace unas décadas. El acceso a la red es universal y cualquiera puede encontrar información sobre un tema concreto de modo sencillo. Sin embargo hay un problema: la generación de contenidos y su rigor. Esto, que en temas como el bricolaje o la papiroflexia tiene su importancia (muebles que acaban sin puertas, pájaros de papel que parecen lagartos, etc.), se convierte en capital cuando la información se refiere a temas de salud.

Información «alternativa»

Según el diccionario de la RAE la palabra «alternativa» (además de otras 5 acepciones, incluida una taurina, que no proceden en nuestro artículo) viene del francés ‘alternative’ y es:

1. f. Opción entre dos o más cosas.
2. f. Cada una de las cosas entre las cuales se opta.

Desde el rigor una opción solo debería ser algo que nos ofrezca un resultado final igual o muy similar al de aquello de lo que supuestamente es alternativa.

Un software emulador de un sistema informático (como puede ser un ZX Spectrum) es una alternativa si no disponemos del hardware original, e incluso puede ser una opción de preservación para el futuro ya que por su forma de fabricación  y componentes algunos sistemas están condenados a desaparecer en su forma física.

Por contra, los «consejos de la abuela» no pueden ser alternativa a la Medicina. Si bien alguno de ellos tiene su lógica (si nos duele la garganta, tomar un zumo o la miel la hidratan y ayudan a que baje la inflamación… como si nos bebemos un vaso de agua) la mayoría están exentos de racionalidad y son de este nivel:

¿Te quedaste mucho tiempo sin anteojos en un día soleado o miraste las chispas de la soldadora eléctrica y te duele la vista? Tenes que rayar la zanahoria, envolverla en pedacitos de tela y dejar sobre los parpados por unos 15 minutos

Los «consejos de la abuela» y el boca a boca de antaño se han convertido en la era digital en artículos en blogs que cualquiera puede escribir y que en muchos casos no dejan de ser «refritos» de artículos anteriores, sin citar fuentes originales ni estudios que los avalen. El problema sanitario tiene, por tanto, un inconveniente añadido: es una versión moderna del «teléfono loco» (o «teléfono escacharrado») que jugamos en nuestra niñez y que no deja de ser un problema de comunicación que en este caso amplía su audiencia por las posibilidades de Internet.

En otros casos la información ofrecida es directamente un absurdo que alguien ha inventado y con el que pretende solucionar los problemas del mundo, quedar como un «iluminado» y en ocasiones, de paso, llenar el bolsillo con suculentas ganancias (amparado en la legislación actual) Nuevos «paradigmas» que, por supuesto, esgrimirán como principal argumento que han sido censurados (aunque sean de público acceso) por la opresión de las grandes farmacéuticas, etc. Y, por supuesto, que son una forma de medicina «alternativa» a la convencional. Un conjunto de falacias para camuflar lo principal: la ausencia de pruebas de eficacia o el más mínimo sentido común.

Como bien afirma el músico y humorista Tim Minchin en su monólogo «Storm»:
«¿Sabes como llaman a la ‘medicina alternativa’ que ha demostrado funcionar? Medicina«.

Portales de terapias «alternativas»

El colmo del despropósito es aglutinar en un solo sitio muchas de estas «alternativas» sin prueba de eficacia y, en muchos casos, sin comprobación de posibles efectos adversos en la salud. Si inventar artículos absurdos lo puede hacer cualquiera, más sencillo todavía es recopilarlos en una web. Si como añadido se usa el método «teléfono loco» y no se citan fuentes tenemos información 100% inútil dado que carece del más mínimo rigor. Por ejemplo: ¿cómo comprobamos en qué se basó el autor original?

Ello atrae tráfico ávido de opciones diferentes a la Medicina, contrarias a los medicamentos, o en busca de una dieta que le aleje del cáncer… Lo «alternativo» se ha convertido en si mismo en un sistema endogámico donde lo «anti» por norma llega a extremos irracionales. Todo es posible, ya que la imaginación y el papel (en este caso Internet) lo soportan todo. Vamos a centrarnos en un ejemplo, quizás el más claro en los últimos tiempos, de esta desafortunada práctica:

Barcelona Alternativa

La cantidad de disparates que encontramos ya en su portada es difícil de igualar:

Sin hacer un análisis demasiado exhaustivo:

– «La anatomía ancestral: un ancestro a cada órgano». Un ‘remix’ de varias pseudociencias (como las «constelaciones familiares») que se permite el lujo de apoyarse supuestamente en «muchos neurólogos» y «hologramas» para lanzar un batiburrillo de afirmaciones como que «Si somos hijos de padres divorciados, o separados… las puntas de los pies se separan.«, que para quienes estudian genética o la más incipiente epigenética sonarán a chiste.

Si curioso es que este artículo ya se publicó en la misma página (con otro título y comentarios sobre su insostenibilidad y falta de referencias) en febrero de 2015, más curioso es que, aunque lo firma una de las autoras del portal, no es suyo. Ha cambiado algunas palabras de los muchos derivados de otro que lleva dando vueltas desde al menos 2007, y que se basa en afirmaciones de Alejandro Jodorowsky, su «metagenealogía»… y que no requiere de más comentario.

– «Limpieza de la Sangre Remedios Raturales». Una mezcla de «uña de gato» (‘Uncaria tomentosa‘, sin soporte evidencial) de dietas ‘detox’ y el mito de los 5 venenos blancos, de nuevo sin fuentes ni estudios de apoyo. Y de nuevo un artículo «fusilado», aunque esta vez más reciente.

– «Planta anticancer: Daigremontiana kalanchoe aranto». Una breve reseña de las supuestas propiedades de la Kalanchoe que, como sabemos gracias a investigar su promoción por Josep Pàmies, no solo no es efectiva contra el cáncer, sino que puede ser tóxica según la dosis. Por supuesto, el original no es de la firmante, y lo encontramos ya en 2010 en la información de una empresa que la vendía (y la vende) argumentando dichas supuestas propiedades.

– «Qué es la sinestesia». Copiar sin permiso artículos de otras personas es lo que tiene: a veces se cuela uno riguroso. Aunque posiblemente al autor real del artículo, Javier Peláez («Irreductible») no le haya hecho mucha gracia ver que «Barcelona Alternativa» se aprovecha de su trabajo periodístico en Yahoo.es (por mucho que se le nombre)

Actualización: Menos de dos horas después de publicar de nuestro artículo y tras la solicitud de Javier Peláez, el artículo «Qué es la sinestesia» ha sido retirado de «Barcelona Alternativa».

Es decir: «Barcelona Alternativa» no solo incluye información infundada y contra la salud pública, sino que poco material es suyo, no acredita autoría real de los artículos, no cuenta con autorización de publicación en otros casos, no cita fuentes… Dirán quizás sus autores que «ladran, luego cabalgamos» (una de las grandes frases falaces del idioma español», pero la realidad es que no hay ética en lo que hacen.

¿Y qué gana este «portal» con ello?

Tráfico, visitas… y la consiguiente publicidad e ingresos. Si bien en Twitter tiene pocos seguidores, el potencial de sus casi 250.000 «me gusta» en Facebook es tremendo y, según datos de Alexa, de ahí le llegan la mitad de las visitas.

Se puede ver que la web tiene en marcha publicidad de Google Ads. Además tiene su «tienda», donde vemos que un banner de publicidad durante un año son 500 euros + IVA, y luego otros servicios que la autora presta, orientados a la temática «alternativa». Por si queda alguna duda, aquí está la web de dicha autora, www.angelescastell.com, donde vemos que gestiona varias páginas propias de la misma temática como «Ayurveda tibetano».

Os invitamos, por último, a echar un vistazo a los diplomas que la sra. Castell incluye en la web del «ayurveda tibetano» como su «acreditación» para impartir cursos. En especial, observar con detenimiento los 1º, 3º y 4º diplomas, sobre todo las zonas donde está escrito su nombre y las líneas punteadas…

«Nada más que añadir, señoría.»